Los espigadores y la espigadora (2000)

No la vi hasta ayer.

Qué maravilla. Yo no me he enorgullecido de que mi abuelo fuera chatarrero hasta que se ha puesto medio de moda (igual que lo de los perros con muñones you know) y después de ayer, supongo, que Agnès Varda fue en gran medida responsable de crear tendencia. 

En mi pueblo en verano los tomates asoman en todas las cunetas. También muchos quedan rezagados en los campos después de la cosecha. Hubiese salido con un zurrón hoy a recogerlos: espigar. 

El año pasado tuve mi propio huerto, o casi, porque allí son muy difíciles las cuestiones individuales, las que yo tanto necesito. Mi tío y mi padre fueron extras, observadores participantes y frustraron mis expectativas, mi imagen ideal. La frustración me ayuda a tomar decisiones vitales, a tomar la tangente, a evitar la rendición: me marcho antes de que me eches aunque, eso sí, ya me hiciste sentir que no me querías a tu lado... Déjame en el campo, o en la cuneta, ya vendrán a espigarme, o a racimarme, como a una buena granada... Ojalá venga Varda. 

Si no te estás enterando de nada "vete" la peli  (te dejaba el enlace pero ya no funciona). Lo intenté. 



Comentarios

Entradas populares